
Según la leyenda descrita en el
Kojiki y en el
Nihonshoki, Japón fue fundado en el
siglo VII a. C. por el
Emperador Jinmu. Durante los siglos
V y
VI, el sistema
caligráfico chino y el
budismo fueron introducidos junto con otras costumbres chinas a través de la
península coreana o directamente desde
China. Los
emperadores fueron gobernantes oficiales, pero el verdadero poder permanecía generalmente en manos de poderosas cortes
nobles, regentes o
shogunes (gobernadores militares).[
cita requerida]
Durante el
siglo XVI,
mercaderes de
Portugal, de los
Países Bajos, de
Inglaterra y de
España llegaron a Japón y fundaron misiones
cristianas.
[6] [7] En
1549, llegó a Japón para predicar el cristianismo el
misionero español
jesuita San Francisco Javier tras desembarcar en
Kagoshima,
Kyushu, aprovechando las
rutas comerciales portuguesas.
[8] A comienzos del
siglo XVII, el
shogunato comenzó a sospechar de las misiones cristianas, considerándolas precursoras de una conquista militar por fuerzas
europeas y, como medida de protección, ordenó el cierre de Japón a toda relación con el mundo exterior a excepción de contactos restringidos con mercaderes
chinos y neerlandeses en la ciudad de
Nagasaki. Este aislamiento se prolongó durante 251 años, hasta el año
1854, en que el
comodoro estadounidense Matthew Perry forzó la apertura del Japón a Occidente bajo el
Tratado de Kanagawa.
Un
Samurái en su armadura (
1860).
Durante un largo período, el restablecido contacto con Occidente provocó cambios en la sociedad japonesa. Tras un fuerte conflicto civil denominado
Guerra Boshin, el shogunato fue obligado a renunciar y el poder fue devuelto al
emperador. La
Restauración Meiji de
1868 inició varias reformas. El
sistema feudal fue abolido y numerosas instituciones occidentales fueron adoptadas, incluyendo un sistema legal y de
gobierno occidentales, junto con otras reformas en lo
económico, social y militar que transformaron a Japón en una potencia mundial de nivel medio-alto. Como resultado de la
guerra chino-japonesa y de la
guerra ruso-japonesa, Japón se anexionó
Taiwán,
Corea y otros territorios a su
imperio en expansión.
Así se afianzó de manera definitiva como una potencia mundial y la única de
Asia. Después de la
Primera Guerra Mundial,
1918, Japón ocupaba una sólida posición en el
Lejano Oriente; contaba con la
marina más poderosa de la zona, ejercía gran influencia sobre China y se había beneficiado económicamente de la guerra (se ocupaba de los pedidos de los países asiáticos, a los que el resto de las potencias no lograban atender).
Durante la década de los
años 1920, surgieron problemas que la
democracia no pudo resolver. Por un lado, los grupos más
conservadores como la
milicia, los pares, etc. que se encontraban posicionados en la cámara alta del parlamento y en el
Consejo, consideraban que la democracia era muy débil. La
corrupción dentro del gobierno era insostenible, las acusaciones entre los miembros de la
Cámara Baja provocaban continuamente disturbios. El auge comercial que había alcanzado tras la Primera Guerra Mundial disminuyó cuando en
1921,
Europa comenzó su recuperación. Tuvo nefastas consecuencias de la
Gran depresión, aumento de las tarifas de los países extranjeros para los productos japoneses y la
pobreza que se vio reflejada en el norte donde los humildes campesinos culpaban al gobierno nipón de sus desdichas (muchos aldeanos se sumaron al ejército). La suma de estos problemas y la actitud de China, tratando de desplazar los negocios japoneses, derivó en la invasión a
Manchuria (
septiembre de
1931). Esta invasión se produjo sin la autorización del gobierno nipón.
Cuando el
primer ministro Inukai reprobó los actos extremistas, fue asesinado por un grupo de
oficiales (
mayo de
1932), su sucesor consideró que debía apoyar las acciones del ejército y así fue que durante los 13 años siguientes, el gobierno adoptó un estricto control de la
educación, fortalecimiento del
arsenal bélico y una
política exterior agresiva apuntada a
conquistar territorios. Esto culminó en la segunda invasión a
Manchuria, desatando una segunda
guerra chino-japonesa (1937-1945).
Japón atacó la base naval
estadounidense de
Pearl Harbor en
diciembre de
1941, lo cual llevó al país norteamericano a declarar la guerra al
Imperio Japonés en el marco de la
Segunda Guerra Mundial. Después de una larga campaña en el
Pacífico, Japón perdió
Okinawa y fue forzada a retroceder a las cuatro islas principales. El ejército estadounidense atacó
Tokio,
Osaka y otras ciudades con
bombardeos estratégicos convencionales y en
Hiroshima y Nagasaki con dos
bombas atómicas. Japón finalmente aceptó la capitulación incondicional ante el ejército estadounidense el
15 de agosto de
1945 dando con ello fin a la guerra.
Finalizado el conflicto, el ejército estadounidense ocupó el territorio japonés hasta
1952, tras lo cual Japón comenzaría una muy importante recuperación económica que devolvería la prosperidad al
archipiélago. Okinawa permaneció ocupada hasta
1972, y actualmente el ejército estadounidense mantiene diversas bases en esta isla. El
17 de enero de
1995 el
terremoto de Kobe causó la muerte de 6,433 personas. Durante
marzo del mismo año la
secta Verdad Suprema llevó a cabo un ataque en el
metro de Tokio que causa la muerte a 12 personas y heridas a más de 1.000. En
octubre de
1998, se condena con la sentencia de
cadena perpetua al máximo responsable de la secta, y
pena capital a otro de los miembros fundadores.
[9] Más tarde, un nuevo ataque
terrorista en el
aeropuerto de Narita hizo peligrar la celebración de los
Juegos Olímpicos de Invierno de Nagano 1998. La autodenominada
Asociación Revolucionaria de Trabajadores no hizo reivindicaciones del hecho y las competiciones se celebraron tal y como estaban previstas en
febrero de
1998.
[9]
Gobierno [
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