jueves, 14 de abril de 2011

Vida en Marte - Parte 5


Ciertas cepas de bacterias, entre las cuales está la especie Bacilus pumilus, pueden sobrevivir en la superficie de Marte
Se han enviado a Marte varias misiones a hacer pruebas en la superficie del planeta con la esperanza de buscar vida —o las condiciones que pudieran crear vida— en el Planeta Rojo. Se debate mucho sobre la cuestión de si existe en Marte la vida en forma de bacterias (¡o algo aún más exótico!), y se hace necesario lograr una respuesta por sí o por no. Los experimentos realizados en la Tierra que simulan las condiciones en Marte y sus efectos sobre las bacterias terrestres muestran que es perfectamente posible que ciertas cepas de bacterias soporten el duro ambiente de Marte
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Un equipo dirigido por Giuseppe Galletta del Departamento de Astronomía de la Universidad de Padua, Italia, simuló las condiciones presentes en Marte e introdujo varias cepas de bacterias en el simulador para obtener un registro de su tasa de supervivencia. El simulador —llamado LISA (Laboratorio de Simulación Ambienti Italiano)— reproduce las condiciones de la superficie de Marte, con temperaturas que van desde 23 hasta -80 grados celsius (73 a -112 Fahrenheit), un 95% de CO2 en la atmósfera, una baja presión de 6 a 9 milibares, y una radiación ultravioleta muy fuerte. Los resultados: se demostró que algunas de las cepas sobreviven hasta 28 horas en estas condiciones, una hazaña sorprendente, dado que no hay ningún lugar sobre la superficie de la Tierra donde se presenten estas temperaturas tan bajas o una radiación ultravioleta es tan fuerte como en Marte.
Dos de las cepas probadas de bacterias —Bacillus pumilus y Bacillus nealsonii— son utilizadas comúnmente en ensayos de laboratorio con factores ambientales extremos y sus efectos sobre las bacterias, debido a su capacidad para producir endosporas cuando está estresadas. Las endosporas son estructuras internas de las bacterias que encapsulan el ADN y parte del citoplasma en una gruesa pared, para evitar posibles daños del ADN.
El equipo de Galletta encontró que las células vegetativas de las bacterias murieron después de unos pocos minutos, debido al bajo contenido de agua y la alta radiación UV. Las endosporas, sin embargo, fueron capaces de sobrevivir entre 4 y 28 horas, incluso cuando las expuso directamente a la luz UV. Los investigadores simularon la superficie polvorienta de Marte soplando cenizas volcánicas o polvo de óxido de hierro rojo en las muestras. Cuando estuvieron cubiertas con el polvo, las muestras exhibieron un porcentaje aún mayor de supervivencia, lo que significa que es posible que una cepa bacteriana resistente sobreviva bajo la superficie de la tierra por períodos muy largos de tiempo. Cuanto más profundo debajo de la tierra está un organismo, más hospitalarias se vuelven las condiciones, aumenta el contenido de agua y la radiación UV es absorbida por el suelo encima.
Dados estos resultados, y todos los ricos datos que se produjeron el año pasado en la sonda Phoenix —especialmente el descubrimiento de percloratos— el esfuerzo de continuar la búsqueda de vida en Marte parece plausible.
A pesar de que esta confirmación no es un seguro de vida en Marte, muestra que incluso la vida que no se adapta a las condiciones del planeta podría resistir a la naturaleza extrema del medio ambiente allí, y es un buen augurio para la posibilidad de formas de vida bacteriana en Marte. Las simulaciones LISA también señalan la importancia de evitar la contaminación cruzada de bacterias de la Tierra a Marte en las misiones científicas que viajan a este planeta. En otras palabras, cuando por fin seamos capaces de probar si hay vida en nuestro planeta vecino, ¡no queremos encontrarnos con que nuestras bacterias de la Tierra han matado a todas las formas de vida nativa!